domingo, 19 de septiembre de 2010

Los puentes de Madison, Clint Eastwood (1995)

Dirigida y protagonizada por Clint Eastwood, Los puentes de Madison cuenta la preciosa historia de un amor entre una solitaria ama de casa y un fotógrafo trotamundos que tan sólo dura los 4 días que la familia de Francesca (Meryl Streep) está fuera de casa.

Ambientada en el Iowa de 1965, el director nos presenta una exacta representación de la vida americana, sobre todo en cuanto a las mujeres se refiere. Nos muestra una sociedad sumergida en una moralidad y valores tradicionales que se cuestionan a medida que avanza el film. Lo que está bien y lo que está mal se deja en entredicho.

Acudimos al visionado de una amor que nace y se desarrolla pero no muere, y eso es lo que constituye el punto de inflexión en la vida de Francesca. Además, observamos cómo el amor va surgiendo con cada plano, incluido el típico nerviosismo y la vergüenza de la primera cita.
Articulado como un flashback, se ahonda sobre el concepto de familia y la transmisión de valores de una generación a otra. Y por supuesto, la eterna pregunta: ¿Qué hacemos? ¿lo que queremos o que lo debemos?

Durante los 4 días de idilio hay un cambio en Francesca interno que se manifiesta en lo externo. Primero vemos a una mujer recatada con un vestido de hace años y el pelo recogido que dejará paso a una mujer mas moderna con vaqueros y el pelo suelto para luego volver a su punto de partida.
La breve historia de amor de Francesca y Robert no solo cambió sus vidas, sino también la de sus hijos siendo de alguna manera para ellos otro punto de inflexión en la relación con sus respectivas parejas.

Emotiva y muy sentimental, tanto que parece que te enamoras con ellos. Sin duda, algo tan certero solo pasa una vez en la vida.


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