jueves, 29 de julio de 2010

Sunshine Cleaning de Christine Jeffs (2008)

Rose Lorkoski (Amy Adams) lleva una vida un tanto frustrada: madre soltera, limpiadora de casas, huérfana de madre y amante de un hombre casado. Su hermana Norah (Emily Blunt) está en paro y sin ninguna intención de hacer algo al respecto. El padre de ambas (Alan Arkin) es un emprendedor en los negocios que no termina de emprender nada. Ante esta situación y debido a los apuros económicos que pasan, Rose y Norah encuentran una peculiar y desagradable forma de ganarse la vida: limpiando los restos y el desorden que dejan las personas que se suicidan.

En esta película dirigida por Christine Jeffs se intenta ahondar en la psicología de los personajes ante una situación dramática, pero solo se queda en el intento. Observamos una estrecha e importante relación entre el abuelo y el niño, algo que ya pudimos ver en Pequeña Miss Sunshine. Esa debe de ser la marca que los productores de ambas películas (que son los mismos) quieren dejar en sus films, además de la palabra "sunshine" dentro del titulo.

A lo largo de película vemos los tópicos de una situación familiar un tanto delicada que estamos hartos de ver en el cine: una hermana trabajadora que saca a su familia adelante, otra hermana que viene a ser todo lo contrario, un niño incomprendido con problemas en el colegio y un abuelo con ideas de bombero. Y a eso se le suma todas las cosas que se va dejando en el tintero: el tonteo y las miradas de Rose con el dependiente de la tienda y la relación de Norah con Lynn (Mary Lynn Rajskub) y sus tintes lesbicos. No deja nada cerrado, de repente hay personajes que desaparecen sin más y cuando te quieres dar cuenta la película se acaba. Sin duda algo vanguardista, pero hay que saber hacerlo bien.

En cuanto al guion, es un poco flojo en general. Solo tiene un par de escenas cómicas y dada la situación de las protagonistas se podría haber sacado algún que otro gag que hiciera más ameno el film. Un final predecible de no ser porque cuando aún crees que queda un rato mas de película aparecen los créditos finales.

Lo único que puede salvar un poco la historia es la interpretación de Amy Adams. Tengo debilidad por los actores/actrices que son capaces de interpretar desde una película Disney para niños hasta un drama como éste siendo, además, creíbles.

Conclusión: Un intento de profundizar demasiado superficial.

jueves, 22 de julio de 2010

Secretos y mentiras de Mike Leigh (1996)

Secretos y mentiras es un film dirigido por Mike Leigh en 1996. En ella se nos presenta un conflicto que afecta a los 5 personaje principales de manera directa y se centrará en como cada uno de ellos afronta dicho conflicto.

En primer lugar tenemos al personaje de Hortense, interpretado por Marianne Jean-Baptiste, una joven de color optometrista que perdió a su padre hace algunos años y pierde ahora a su madre. Sin embargo, ella sabe desde los 7 años que es adoptada y a partir de la muerte de su madre se decide a buscar a sus padres biológicos.

Los siguientes personajes forman parte de la misma familia. Por un lado tenemos a Maurice (Timothy Spall) un hombre que se dedica a la fotografía de carácter afable y de buen humor. Está casado con Mónica (Phyllis Logan) una mujer con un carácter fuerte, segura de sí misma y con bastante mala leche.
Por otro lado encontramos a Cynthia (Brenda Blethyn) hermana de Maurice, del cual se ha distanciado de él culpando de ello a su esposa Mónica. Su hija Roxanne (Claire Rushbrook) es una persona absolutamente desagradable que no aguanta a su madre. Cynthia es una mujer desgraciada y continuamente su carácter choca con el de su hija y nunca llegan a entenderse. A todo esto se le suma el gran cariño que Maurice y Mónica tienen hacia Roxanne.

La trama se complica aún más cuando se descubre que Cynthia es la madre de Hortense. Cynthia no quiere que nadie se entere pero aun así, la lleva a casa de su hermano Maurice, el cual hace una barbacoa en honor al cumpleaños de Roxanne. Será allí donde se descubra todo el pastel.

Aparte de esta trama, se muestra también una subtrama entre el matrimonio de Maurice y Mónica ya que no tienen hijos, lo cual les influye en su convivencia.
Entran en juego a lo largo del filme dos personajes más: Jane (Elizabeth Berrington) que da un toque cómico a la historia dada su inocencia y el novio de Roxanne.

Una vez presentado el conflicto, vamos a pasar a analizar a los personajes y como se comportan y afrontan dicha situación.

Cynthia
Es una mujer absolutamente inestable emocionalmente. Su madre murió cuando ella era muy joven y se tuvo que hacer cargo de su hermano pequeño Maurice y de su padre ya fallecido. Su vida ha sido muy complicada y todo ello se muestra durante toda la película. Básicamente se pasa llorando todo el día, se siente sola e incomprendida, sin ninguna amiga y en un trabajo sin futuro en una fábrica de cartón. Dicho en otras palabras, es un poco fracasada.
Culpa a Mónica de su distanciamiento con Maurice y casi al final de la película la echa en cara que también la distanció de su padre poniéndola en su contra.
Se encuentra a años luz de su hija con la cual siempre tiene discusiones y sus intentos de acercamiento son en vano.
Cuando encuentra a Hortense su comportamiento comienza a cambiar. Ya no se ve sola. Además cabe destacar un plano fijo muy largo donde Hortense y ella hablan sobre lo que pasó cuando ella nació y el porqué la tuvo que dar en adopción. Cuando la acepta finalmente se siente orgullosa de ella.
Podríamos calificar a este personaje como melancólico ya que es introvertido y emocionalmente muy sensible.

Maurice
Es hermano de Cynthia y marido de Mónica. Su carácter es afable, amable con todo el mundo y pone buena cara siempre. Es muy buena persona y mira con tristeza la penosa vida que ha tenido que llevar su hermana. A pesar de ello, es un poco calzonazos con respecto a su matrimonio ya que el fuerte carácter de su mujer lo domina. Siempre intenta poner paz e intermediar en los conflictos.
Además por otro lado, tenemos la subtrama con su mujer con respecto a los hijos. Ante todos los acontecimientos reacciona de la misma manera. No se altera y mira las cosas de manera objetiva.
Le podríamos calificar como personaje flemático.

Mónica
Esposa de Maurice. Aparentemente siempre está de mala leche. Tiene un carácter muy fuerte y solo mira por ella y por su marido. No se lleva bien con Cynthia ni tampoco le da ninguna pena el distanciamiento entre ella y Maurice. La vemos durante toda la película guardando las formas y segura de si misma, hasta que el conflicto interno con su marido la derrumba. Pero aun así, siempre se muestra altiva.
Podríamos calificarla como colérica.

Roxanne
Hija de Cynthia y sobrina de Maurice y Mónica. Es totalmente insoportable y egoísta. Siempre tiene malas contestaciones hacia su madre. De alguna manera parece que incluso la odia por haberla traído al mundo, además no sabe quien es su padre. Es malhablada e histérica.
La podríamos calificar como melancólico.

Mónica
Hija biológica de Cynthia. De raza negra. Estudió en la universidad y es optometrista. Ante la muerte de sus padres adoptivos se dispone a buscar a sus padres biológicos aun sabiendo que emocionalmente puede ser traumático. Tras pasar por una empresa especialista en estos casos, decide emprender la búsqueda por su cuenta. Además para su sorpresa descubre que su madre es de raza blanca.
Es una persona un tanto solitaria, lo cual guarda cierto parecido con el personaje de Cynthia. Se nos muestra parte de su carácter al principio de la película cuando sus hermanos adoptivos discuten sobre cómo se reparten la casa de su difunta madre y ella no participa en dicha discusión. Se nos da a entender que no le importa lo material. Cuando se enfrenta al encuentro con su madre lo hace de manera relajada tomándose las cosas un poco con filosofía.
La podríamos calificar como flemática por su carácter tranquilo, calmado y equilibrado.

Dadas los distintos caracteres de los personajes, cada uno afronta el hecho de distinta manera: Roxanne se pone histérica, Maurice intenta calmar los ánimos, Hortense mantiene la compostura, Mónica sigue mostrando su altivez como si estuviera por encima de todo aquello y Cynthia se pone a llorar sin saber qué hacer con su vida una vez mas.


En general me parece impecable todo el trabajo de los actores, destacando sobre todo el de Cynthia, con un merecido Óscar. Se podría decir que en la película no pasa nada, sino que se centra en el conflicto interno de los personajes y nos muestra su evolución. No hay ninguna reacción que no esperásemos cuando se descubre el pastel ya que durante todo el film podemos observar el carácter y el temperamento de todos los protagonistas, lo que le da coherencia a la trama.



domingo, 18 de julio de 2010

La viuda alegre de Ernest Lubitsch (1934)

En una cuidad llamada Marsovia reside Sonia (Jeanette MacDonald), la viuda mas rica de todo el reino. Su rostro oculto bajo un velo negro llama la atención de nada más y nada menos que de Danilo (Maurice Chevalier), el galán por el que todas las chicas están coladas. Aficionado a las noches de diversión con las mujeres más bellas, decide trepar el muro de la casa de la viuda. Tras ese encuentro ambos quedan enamorados, y la viuda recobra las ganas de vivir tras la trágica muerte de su anterior marido. Sin embargo, comete un error: echar a Danilo de su jardín. Harta de esperar a que el amor llame de nuevo a su puerta, decide irse a Paris y con ella se llevará toda su fortuna dejando al reino de Marsovia en la estacada. Por ello, el rey manda a su mejor soldado a París para que conquiste a la viuda y la traiga de nuevo a sus tierras evitando así que la cuidad caiga en la mas miserable ruina. Casualidades de la vida, ese soldado resulta ser Danilo.

Todos estos elementos aderezados por el toque mágico que Ernest Lubitsch da a sus películas, convierte esta adaptación de la opereta de Franz Lehar en el primer musical de éxito. A partir de 1927 y de la aparición del sonido en el cine, todos los cineastas querían impresionar al público utilizando esta nueva técnica. Pero hay que decir que la primera aportación del sonido al cine fue empobrecerlo. Todos querían innovar y dejaron de lado las buenas historias centrándose en la perfección del sonido. Tanta fue la saturación del publico que el termino “musical” para las películas era peyorativo.

Ya desde El ángel azul del alemán Joseph Von Stenberg, las canciones de los musicales cumplían una función narrativa describiendo al espectador el estado de animo del personaje. Mas adelante esto ira un poco mas allá y en los musicales de los 50 el protagonista no solo cantaba una cantaba una canción cuando estaba alegre y enamorado sino que también lo demostraba con su cuerpo como, por ejemplo, Fred Astaire en Bodas Reales de Stanley Donen, en donde el actor anda por las paredes y por el techo de una habitación en una memorable secuencia.

Se han de destacar las escenas de bailes en la embajada parisina. Los armoniosos pasos y lujosos trajes y decorados hacen que no puedas quitar la mirada de la pantalla.

Sin duda el rey de la comedia con magníficos gags, un ritmo acelerado en los diálogos, unos silencios que lo dicen todo y el encanto del cine en blanco y negro. Con este espíritu de que la vida siempre te da otra oportunidad, yo me quedo con una frase: una viuda alegre no se hace vieja.





jueves, 15 de julio de 2010

Carta a tres esposas de Joseph L. Mankiewicz (1949)

Addie Rose. Ella es la única mujer en el mundo capaz de mantener en vilo a tres mujeres que se contienen por tirarse de los pelos.
Deborah Bishop (Jeanne Crain), Rita Phipps (Ann Sothern) y Lora Mae Hollingsway (Linda Darnell -la cual mantendrá un romance con el director-) son tres amigas y esposas que ven su vida tambalear cuando antes de subirse a un barco a pasar el día reciben una carta de Addie. “Me voy de la cuidad con uno de vuestros maridos”. Tras leer la dichosa carta, a las tres las asaltará un sentimiento de incertidumbre que pronto se verá sustituido por las dudas. A través de flashbacks se irán reconstruyendo los tres matrimonios dejando ver que cualquiera de ellos puede ser propenso a la ruptura. Pero… ¿Cuál de los tres será? Deborah recuerda su presentación en sociedad con los amigos de su esposo Brad (Jeffrey Lynn) y que fue eclipsada por Addie ya que todo el mundo pensaba que Brad y Addie se casarían. Rita sus diferencias con George (Kirk Douglas) y lo atenta que Addie es con su marido. Lora Mae recuerda sus comienzos con Porter (Paul Douglas) y la foto que tenia de Addie colocada en su salón. A pesar de aparentar indiferencia ante las demás, todas se mueren de ganas por llegar a casa y averiguar quién es el esposo infiel.

Sin duda, un film intrigante cuanto menos con una interesante construcción del personaje de Addie. Una simple voz en off intrepretada por Celeste Holm. Ni una foto, ni una descripción. Nada. Es solo un simple nombre el que trae de cabeza a nuestras protagonistas. Una buena elección la del director de no mostrar su rostro. Es muy posible que dadas las expectativas que se crean en la película, si Addie se hubiera mostrado en carne y hueso hubiera decepcionado.

Se dejan ver dos aspectos inherentes de las mujeres: el lado egoísta, siempre criticando, envidiosas, frías y calculadoras; y el lado más humano, temerosas ante una posible marcha de sus maridos y enamoradas aunque a veces se las olvide. Cualquier mujer podría sentirse identificada.
En posteriores films, como en Eva al desnudo, también se hará un retrato de la mujer de una manera tan realista como esta.

Intrigante retrato de los matrimonios y sobre todo de las mujeres, contextualizado en un pueblo donde todos los valores se cuestionan y la apariencia es lo que cuenta.

martes, 13 de julio de 2010

Mi vida sin mi de Isabel Coixet (2003)

Ann (Sarah Polley) es una joven de 23 años que vive en una caravana junto a su marido Don (Scott Speedman) y sus dos hijas pequeñas. Trabaja como limpiadora por las noches y la relación con su madre (Deborah Harris) no es precisamente buena. Su vida se caracteriza por la estabilidad y la rutina, hasta que un día le diagnostican cáncer. Decide no contárselo a nadie y a partir de ese momento, la concepción que tenia de la vida cambia radicalmente. Con tan solo dos meses por delante, Ann hace una lista de cosas que quiere hacer antes de dejar este mundo y descubre un placer por la vida antes no conocido. Como cualquier persona en su situación quiere dejar todos los cabos de su vida atados. Se preocupa por encontrar a una mujer para que su marido y sus hijas no se queden solos, graba cintas para todos los cumpleaños de sus hijas hasta que cumplan los 18 y se propone enamorar a un hombre (Mark Ruffalo). Afortunadamente, lo consigue todo antes de que su enfermedad acabe con ella.
Valiente personaje el de Ann por enfrentarse a algo así prácticamente sola, ya que nadie la puede ayudar, siendo su médico su único confidente.

Si por algo se caracteriza Isabel Coixet es por su visión minimalista y detallista de la vida. Repara, tal vez demasiado, en esos detalles de la vida que pasan desapercibidos haciendo de ellos un mundo aparte.

En este film podemos observar ciertas similitudes con su anterior trabajo Cosas que nunca te dije (1995). Se repite el nombre de la protagonista y la escena de la lavandería. Parece que esta película fuera una pre versión a la definitiva al film que ahora nos ocupa.

Cabe destacar que la protagonista escucha una cinta de japonés en el coche, lo cual es el precedente de Mapa de los sonidos de Tokio (2009), donde nos muestra abiertamente su pasión por el mundo japonés.

La siguiente película que realizara tras Mi vida sin mi será La vida secreta de las palabras (2005), en la que volverá a contar con la interpretación de Sarah Polley y Tim Robbins.

Una visión profunda y poética de una muerte anunciada.



domingo, 11 de julio de 2010

El laberinto del fauno de Guillermo del Toro (2006)

Esta película hispano-mexicana del 2006 nos sitúa en la España de 1944, cuando la guerra civil ya ha finalizado y Franco lleva cinco años en el poder.

Guillermo del Toro nos relata la historia de Ofelia (Ivana Baquero), una niña de 10 años muy aficionada a la lectura y cuentos de hadas, y de su madre (Ariadna Gil) que viajan hacia los montes donde se encuentran un grupo de fascistas encargados de acabar con todos los republicanos escondidos para tener “un país limpio”. El capitán (Sergi López) está casado con su madre, a la cual ha dejado embarazada. Cuando llegan a aquel lugar perdido, Ofelia encontrará un laberinto que le conducirá a un viaje de fantasía y a su destino.


El director se adentra en aquella España profunda y reprimida por el poder. Nos muestra una ideología que hoy en día aun no está extinguida y, con imágenes muy crudas, una realidad que han vivido numerosos países azotados por una dictadura fascista. Quedan patentes sus valores y su orgullo por lo que hacen y piensan, pero sobre todo la preocupación por tener una descendencia (masculina por supuesto) que siga sus pasos. Sin embargo, el final de la película lo dice todo.

Las imágenes violentas y un tanto escalofriantes están presentes a lo largo de toda la película, donde destaca un magnifico equipo de maquillaje con un merecido Óscar. Cabe mencionar que ésta es la primera vez que se usa en España el animatronics para la creación de personajes, como es el caso del Fauno. Todos los decorados fueron creados y reconstruidos con resultados excelentes a lo que les acompaña la estupenda fotografía de Guillermo Navarro. La música de Javier Navarrete nos sumerge aun en el mundo de Ofelia como demuestra el video del final.

Excelente reparto entre los que destacamos también a Maribel Verdú y Doug Jones que interpreta al Fauno y al monstruoso Pale man.

No sabemos si con este film lo que se pretende es aportar una dosis de fantasia a la realidad o viceversa. Yo me quedo con lo primero.




viernes, 9 de julio de 2010

Tiana y el sapo de la Factoría Disney (2009)

Este es el último intento de la factoría Disney de crear un clásico en un esfuerzo de recuperar su pasado esplendor en cuanto a películas de animación en 2D se refiere.

Tiana es una joven trabajadora que tiene un sólo objetivo: cumplir el sueño que tenía junto a su padre de abrir un restaurante. Para ello, hace horas extras y rechaza cualquier cosa que le quite tiempo de trabajo. En una fiesta de disfraces, aparece el príncipe Naveen convertido en sapo por un malo malísimo que usó un ritual de vudú. Como en cualquier cuento de hadas, el príncipe-sapo le pide un beso a Tiana para convertirse de nuevo en humano. Pero le sale el tiro por la culata. A pesar del disfraz de Tiana, ella no es una princesa, así que ella también se convierte en rana. Junto a unos compañeros que se encontraran a lo largo de su aventura llega el típico final idílico característico de las películas Disney (excepto en Pocahontas)

Usando los mismos patrones de antaño, la película ha querido recuperar a un público infantil a base de un cuento popular mundialmente conocido, con un exceso de canciones y con la intención de transmitir los mismos valores. Triunfo del bien sobre el mal, importancia de la amistad y sobre todo del amor, etc.

Como en cualquier película de Disney encontramos referencias a personajes por todos conocidos e incluso tambien a otras películas. El personaje de Charlotte, la mejor amiga de Tiana, guarda serias semejanzas con Marilyn Monroe. El cocodrilo recuerda indudablemente a Louise Armstrong, además de llevar el mismo nombre, lo cual lo hace más evidente todavía. Al igual que en Un tranvía llamado deseo, la historia se desarrolla en Nueva Orleans y un grito de "¡Stella!" recuerda al magnifico Marlon Brando gritando en la película de Elian Kazan (1951)

En cuanto a los dibujos en sí, hay un contraste entre los tonos amarillos y verdes, propios de la naturaleza, usados para los buenos y los tonos rojos y violetas para los malos. Además se siguen usando elementos meteorológicos para avisar de que algo va a ocurrir, en este caso la lluvia. En otros casos, como en Bambi, es la nieve la que anuncia la muerte de su madre.

Se dice que los finales felices son cuentos sin acabar… así que al fin y al cabo todos acabamos siendo ranas.





miércoles, 7 de julio de 2010

La calumnia de William Wyler (1962)

William Wyler se atrevió a dirigir la primera película con temática lésbica. Además lo hizo nada más y nada menos que en 1962, con el famoso Código Hays aún en funcionamiento.

Dos buenas amigas Karen (Audrey Hepburn) y Martha (Shirley MacLaine) son las directoras de un exclusivo colegio para niñas. Karen está enamorada y comprometida con el doctor Joe Cardin (James Garner). Ante las ansias de ambos por casarse, Martha le pide a Karen que retrase la boda para no quedarse ella sola al frente de la escuela. Una niña malvada y cruel, de esas que ante cualquier castigo se excusa en un “es que me odian y me tienen manía”, tergiversa la conversación que oye y hace correr el rumor de que las dos amigas son en realidad amantes. Al día siguiente el colegio se vacía y ninguna de las dos sabe por qué. Cuando lo descubren, toda su vida cambia: no tienen dinero ni ocupación, la relación de Karen con Joe se tambalea y su reputación y dignidad están por los suelos, por no hablar de que son la comidilla del pueblo. Todo ello hace que una de ellas se suicide justo en el momento en el que todo se resuelve.

Sin duda, el personaje de la niña es cuanto menos odioso. Típica niña rica malcriada, manipuladora y consentida. Dan ganas de meter la mano por la pantalla y pegarla una colleja.

Se usa un lenguaje sutil para referirse a la relación que se supone que las dos protagonistas tienen. En 1962, a parte del ya mencionado Código Hays, era un tema considerado perturbador y tabú dentro de la sociedad. Y todavía hoy nos cuesta llamar a las cosas por su nombre.

En este drama psicológico lo que importa no es el rumor en sí, sino el efecto y reacciones que causa en las directoras del colegio y en los que están a su alrededor. Llegan a no poder pensar en otra cosa que no sea esa. Para hacernos reparar mas en ello, se usan planos largos, silencios... y un uso magistral de las luces y sombras (el film es en blanco y negro). Yo interpreto el suicidio de una de ellas de dos maneras: que en realidad era cierto que sentía algo mas que amistad hacia su compañera o que de tanto obsesionarse, se confunde y ella misma se cree que es cierto.

Si he de elegir alguna escena me quedo con la última: Audrey Hepburn pasando con la cabeza bien alta ante el pueblo que las insultó y las humilló. Parece que Wyler se adelantó a su tiempo y supo que algún día todas las personas homosexuales (aunque en este caso el personaje de Audrey no lo sea) caminarían de la misma forma.

Ya en 1960 el lenguaje clásico de Hollywood se agota y los finales felices van muriendo dejando paso a una nueva forma de tratar las historias. Basada en la obra teatral The Children's Hour de Lillian Hellman en 1934 y a pesar de su triste final, es una obra maestra.



lunes, 5 de julio de 2010

Ella y sus maridos de J. Lee Thompson (1964)

Shriley MacLaine interpreta a Louisa Foster, una preciosa chica que sueña con una vida humilde y sin riquezas. Sin embargo, la mala suerte la persigue y los cuatro maridos con los que se ha casado comenzaron siendo pobres, tal y como ella les quería, y acabaron millonarios. Tras la muerte de su cuarto marido, Louisa decide donar toda su herencia a obras de caridad. Las autoridades piensan que está loca por querer donar semejante cantidad de dinero y la envían a un psiquiatra. Pero el destino es caprichoso y se encuentra con Leonard Crawley (Dean Martin). Leonard fue un pretendiente años atrás de Louisa. Pretencioso y millonario, Louisa le rechazó para casarse con el pobre Edgar Hooper (Dick Van Dyke). Tras la muerte de Edgar se casa con Larry Flint (Paul Newman), luego con Rod Anderson, Jr (Robert Mitchum) y por último con Pinky Benson (Gene Kelly). Tras muchos años, descubre a un nuevo Leonard: perdió toda su fortuna y trabaja como limpiador. Por fin, Louisa encuentra lo que busca.

Una entretenida comedia negra con una femme fatale poco convencional ya que ni lo pretende ser ni es consciente de ello.
Con cada uno de sus maridos se hace un repaso por la historia del cine ya que la protagonista compara su relación con un periodo de su historia. La relación con Edgar Hooper se compara con una comedia de cine mudo, la de Larry Flint con una película romántica francesa, la de Rod Anderson con una película glamurosa de Hollywood y por último, la de Pinky Benson con los musicales propios de los 50.

Sin duda los títulos de crédito son un claro homenaje al color rosa. Cabe destacar el vestuario diseñado por Edith Head, la cual ya trabajó para Billy Wilder en El crepúsculo de los dioses y En Vacaciones en Roma de William Wyler.

Se hace un poco difícil la identificación con la protagonista ya que lo que todo el mundo quiere en su vida es salud, dinero y amor, como dice la canción. Y ella, a pesar de tenerlo todo, rehúye de ello.
En un principio fue pensada para Marilyn Monroe, pero su muerte hizo que el papel principal fuera para Shirley MacLaine. Personalmente, me resulta un poco difícil ver a Marilyn fuera del rol de chica explosiva e ingenua. Además si lo que se pretende es una protagonista sencilla que busca una vida humilde, Marilyn no hubiera dado el pego.

Un canto a la humildad desde el ostentoso Hollywood.


sábado, 3 de julio de 2010

Cómo robar un millón de William Wyler (1966)

Esta pregunta que muchos nos hacemos da título a una de las últimas comedias de William Wyler.

Nos sitúa en el corazón de Francia, París, donde el falsificador de obras de arte Charles Bonnet (Hugh Griffith) vive de sus ventas con su hija Nicole (Audrey Hepburn). A pesar de las insistencias de su hija, el señor Bonnet no piensa dejar su negocio y decide prestarle a un museo de París una valiosa (si fuera original) escultura: la Venus de Cellini. Sin embargo, con lo que el falsificador no cuenta es con un examen técnico que realizará un prestigioso profesor. Desesperada, Nicole le pide ayuda a Simon Demott (Peter O’Toole) para burlar los numerosos sistemas de seguridad del museo y robar la escultura evitando así el escándalo que acontecería si el pastel fuese descubierto. Finalmente, Nicole descubre asombrada que Simon es un estudioso del arte y que su trabajo es detectar obras de arte falsas metiendo a sus creadores en la cárcel. Pero el amor… es el amor.

Rodada en gran parte en exteriores, su planificación de cámaras recuerda a Vacaciones en Roma (1953), el primer film importante de Audrey Hepburn protagonizado junto a Gregory Peck y dirigido también por Wyler. Sin duda, este director descubrió a una estrella.

Con una elegancia natural, Audrey luce en la película el vestuario diseñado por su íntimo amigo y diseñador francés Givenchy. Aunque esto ya había ocurrido en el film que catapultó a la actriz en éxito, Desayuno con diamantes de Blake Edwards (1961).

En este largometraje tienen un hueco los maestros pintores de la historia del arte tales como Van Gogh o Rembrandt, e incluso también el maestro del suspense Hitchcock. Al igual que Nicole, yo también me asustaría si leyendo un libro de este director inglés en plena noche escuchase un ruido. Aunque si luego me encontrara con un guapísimo Peter O’Toole y esos enormes ojos azules en mi salón, no seria para tanto.

Entretenida comedia de enredo que te mantiene continuamente con la intriga. Aunque he de decir que los trucos empleados por Simon para salir de aquel armario de la limpieza están un poco sacados de la manga. Con ella queda claro que el cine no es otra cosa más que ficción.

Como curiosidad, decir que la música corre a cargo de John Williams (Johnny Williams en los créditos). Famoso compositor por films como Tiburón, La guerra de las Galaxias o Indiana Jones, éste es uno de sus primeros trabajos en el cine.

Una comedia romántica de dos ladrones de guante blanco.

jueves, 1 de julio de 2010

Brokeback Mountain de Ang Lee (2005)

Annie Proulx escribió en 1997 un relato corto que causó sensación a la vez que mucha polémica. La película sobre esta historia no podía ser menos.
Dirigida por Ang Lee, el relato nos sitúa en la América de 1963. Ennis del Mar (Heath Ledger) y Jack Twist (Jake Gyllenhaal) acuden a buscar trabajo Brokeback Mountain (un lugar ficticio) en Wyoming. Durante sus meses aislados cuidando de un gran rebaño de ovejas, surge entre ellos una atracción sexual. A pesar de que Ennis le advierte a Jack de que solo ha ocurrido una vez, esto se vuelve a repetir, quedando los dos enamorados. Antes de lo que pensaban, deberán abandonar las montañas y eso significará decirse adiós. Tras una dura pelea, ambos vuelven a sus casas a continuar con su vida. Ennis se casa con su novia Alma (Michelle Williams) y Jack con Lureen (Anne Hathaway), a la que conoció en uno de sus rodeos.
Cuatro años después vuelven a encontrarse y ninguno de los dos es capaz de contener el impulso de besarse apasionadamente ante la mirada de Alma, que les ve desde una ventana de la casa.
Durante muchos años los encuentros entre los dos vaqueros serán muy esporádicos. Las obligaciones de trabajo de Ennis y un recuerdo traumático de su infancia (en su pueblo a un homosexual le arrancaron el miembro viril) hacen que Jack pierda toda esperanza de vivir juntos en un rancho.
Poco a poco sus dos matrimonios se van deteriorando. Jack se distancia de Lureen y Ennis se divorcia de Alma. Pero aun así, la vida junto a Ennis con la que Jack sueña sigue siendo imposible.
En su último encuentro, de nuevo vuelven a pelearse. Un poco más tarde, Ennis recibe una carta de Jack con el sello “Fallecido”. Rápidamente llama a su casa y su esposa le cuenta que una yanta le explotó en la cara y que cuando le descubrieron ya era demasiado tarde. Mientras Lureen se lo explica, se van alternando imágenes de Jack siendo golpeado por tres hombres.
Ennis acude a casa de sus padres en donde están parte de sus cenizas. El último deseo de Jack era que las llevaran a Brokeback Mountain, a lo cual Ennis se ofrece pero su padre rechaza la oferta. Antes de irse, Ennis visita la habitación de Jack. Asombrado, encuentra una camisa suya que él pensaba que se había dejado en las montañas. Dentro de la camisa se encuentra una camisa de Jack, ambas manchadas por la sangre de aquella pelea que tuvieron. Ennis llora abrazando las camisas y se las lleva como recuerdo.
Más adelante, su hija Alma, acude a la carabana de su padre para invitarle a su boda. Lo único que le pregunta es si aquel tipo la quiere. Entonces hace algo que nunca hizo por Jack y de lo que ahora se arrepiente: antepone la boda de su hija al trabajo. Cuando Alma se va, se olvida del jersey y Ennis la guarda en el armario. En la puerta hay una postal de Brokeback Mountain junto a las camisas. Una última frase: Jack, te juro…

Emocionante, tierna y dura a la vez y como no, muy controvertida. No se tenía mucha confianza en que esta película tuviera éxito, al menos en Estados Unidos, y contra todo pronóstico, acabó siendo nominada al Óscar a mejor película en 2005.

A pesar de tratarse de dos rudos vaqueros, el espectador puede sentirse plenamente identificado con cualquiera de los dos protagonistas. Uno demasiado pasional, el otro demasiado correcto y responsable. Uno da poco y el otro tal vez pida demasiado. Pero la moraleja está ahí: no hagas tanto lo que debes como lo que sientes.
Acudimos por primera vez al visionado de escenas sexuales entre homosexuales. Afortunadamente, las mentes poco a poco se van abriendo y esto incluye al cine. Aun así, fue prohibida en algunos países por considerar tabú el tema del que trata.

La dirección queda en manos de Ang Lee, el cual no es la primera vez que dirige un film de esta temática. En su filmografía encontramos el título de El banquete de boda.
Con un elaborado guión que cuenta más que el relato original, Brokeback Mountain nos hace simpatizar con dos protagonistas que actualmente forman parte de un colectivo rechazado por muchos. Pero señores, la homosexualidad ha existido siempre y lo que debe de empezar a existir es la tolerancia y el respeto hacia nuestros semejantes.

Puede que sea por esta razón por lo que la película no se llevara el Óscar, siendo otorgado a Crash de Paul Haggis, un buen film pero infinitamente menor a Brokeback Mountain.

Cabe destacar la preciosa música compuesta por el argentino Gustavo Santaolalla (tambien compositor de música para Babel, 21 gramos o Diarios de motocicleta), que pone la piel de gallina y una colosal fotografia de Rodrigo Prieto. Además, preciosos escenarios naturales, rodados en Canadá. Una gran interpretación de los actores principales ya que rodar las escenas de sexo no les resultó nada facil y encarnar a dos tipos duros y enamorados a la vez es un arduo trabajo.

Otra moraleja: no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.