jueves, 15 de julio de 2010

Carta a tres esposas de Joseph L. Mankiewicz (1949)

Addie Rose. Ella es la única mujer en el mundo capaz de mantener en vilo a tres mujeres que se contienen por tirarse de los pelos.
Deborah Bishop (Jeanne Crain), Rita Phipps (Ann Sothern) y Lora Mae Hollingsway (Linda Darnell -la cual mantendrá un romance con el director-) son tres amigas y esposas que ven su vida tambalear cuando antes de subirse a un barco a pasar el día reciben una carta de Addie. “Me voy de la cuidad con uno de vuestros maridos”. Tras leer la dichosa carta, a las tres las asaltará un sentimiento de incertidumbre que pronto se verá sustituido por las dudas. A través de flashbacks se irán reconstruyendo los tres matrimonios dejando ver que cualquiera de ellos puede ser propenso a la ruptura. Pero… ¿Cuál de los tres será? Deborah recuerda su presentación en sociedad con los amigos de su esposo Brad (Jeffrey Lynn) y que fue eclipsada por Addie ya que todo el mundo pensaba que Brad y Addie se casarían. Rita sus diferencias con George (Kirk Douglas) y lo atenta que Addie es con su marido. Lora Mae recuerda sus comienzos con Porter (Paul Douglas) y la foto que tenia de Addie colocada en su salón. A pesar de aparentar indiferencia ante las demás, todas se mueren de ganas por llegar a casa y averiguar quién es el esposo infiel.

Sin duda, un film intrigante cuanto menos con una interesante construcción del personaje de Addie. Una simple voz en off intrepretada por Celeste Holm. Ni una foto, ni una descripción. Nada. Es solo un simple nombre el que trae de cabeza a nuestras protagonistas. Una buena elección la del director de no mostrar su rostro. Es muy posible que dadas las expectativas que se crean en la película, si Addie se hubiera mostrado en carne y hueso hubiera decepcionado.

Se dejan ver dos aspectos inherentes de las mujeres: el lado egoísta, siempre criticando, envidiosas, frías y calculadoras; y el lado más humano, temerosas ante una posible marcha de sus maridos y enamoradas aunque a veces se las olvide. Cualquier mujer podría sentirse identificada.
En posteriores films, como en Eva al desnudo, también se hará un retrato de la mujer de una manera tan realista como esta.

Intrigante retrato de los matrimonios y sobre todo de las mujeres, contextualizado en un pueblo donde todos los valores se cuestionan y la apariencia es lo que cuenta.

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